Queridos lectores, hermanos, hermanas...
Hace poco tiempo este blog arrancó como un ejercicio laboral, se fue transformando y ahora me parece un hermoso lugar para plasmar sensaciones, vivencias y certezas.
He dejado de creer, la creencia es falsa, por lo menos no es verdadera.
Tengo un árbol de ciruelas en casa.
¿Me crees?
Puedes decir que sí, puedes decir que no... solo es un a creencia.
El día que estes en la casa de la que te hablo sabrás si hay o no un árbol de ciruelas, deja de ser una creencia para convertirse en saber, una certeza que has comprobado.
Esta es la idea de todo cuanto se escribe aquí, hacerte entender que las creencias no sirven y que la certeza de vivir es lo único que vale.
Nacemos en un mundo estructurado que dicta las leyes, las formas y los quehaceres de los seres humanos, pero eso es solo una forma de ver la vida, es una creencia sobre como debería vivirse y sé, de antemano, que no todos estamos de acuerdo con cómo se vive.
Simplemente hay que ver lo que sucede a nuestro alrededor. Te invito a cambiarte, a modificarte, a ser un nuevo ser humano, trasciendete a tí mismo.
En fin, lo que quiero decirte hoy, compañero de viaje, es lo siguiente:
Utiliza ésta entrada para dejar tus dudas, tus comentarios, tus expectativas y lo que quieras comentar, un blog, a mi parecer debe tener retroalimentación. No se cuanta gente lee estas entradas, estas locuras que se plasman aquí.
Ahora es un buen momento para leerte a tí.
Escribe y con todo gusto, si me es posible, te responderé.
Hagamos un blog de participación colectiva.
Tlazocamatli, Namaste...
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